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Armstrong: la fuerza de la mentira*

hugo boss Unfollow

Así fue

Una de las mayores sabandijas humanas de los últimos años dominó el deporte del ciclismo profesional durante casi una década. Ganó siete Tour de Francia, la competición ciclista por etapas por excelencia. Tras superar un cáncer comenzó una imparable sucesión de triunfos que lo llevaron a un estatus de semidios. Hasta que lo que todo el mundo sospechaba – que se dopaba, más y mejor que los demás – se hizo público. Lejos de admitir su error o arrepentirse continua soltando mierda y nadando en su propio vómito egocéntrico.

*fotomontaje a partir de un twitt de @ligasordidaf1

LiveStrong motherficker!

Porque es un ejemplo

Durante varios días he sopesado la posibilidad de dedicar un tiempo a explicar de modo sintético y con cierta estructura porque necesitamos un momento de introspección personal, un “unfollow”

Y la motivación y punto de ruptura de mi pánico a la hoja en blanco lo ha roto un documental que se ha emitido hace ya unos días sobre Armstrong.

Si de algo estoy orgulloso sobre mi etapa de adolescencia es el poder decir bien alto que nunca he tenido el poster de nadie en mi carpeta, habitación o en mi mente.

Como deportista aficionado he asistido al despunte, éxito y debacle de muchos semidioses del deporte y otros advenedizos que pasaban del anonimato a gurús de la superación humana y del negocio bursátil.

Pero si hay alguien despreciable en el universo deportivo, es el ex ciclista, que después de su largo proceso y múltiples demandas, sigue actuando con la misma actitud altanera, prepotente y, hasta miserable de siempre.

No puedo negar que me alegré profundamente de lo que le sucedió, no porque sea una persona con una ética especialmente estricta, ni porque condene el dopaje o la trampa. Tampoco la apoyo, simplemente me da igual.

Pero la manipulación y el sentimiento de superioridad que ejercen algunos sobre otros, es algo que detesto. Cuando se vendieron 25 millones o casi 50 como dice un ex-ejecutivo de Nike en el documental, me acuerdo que ni compré ni acepté ninguna pulsera amarilla LIVESTRONG, y recibí no pocas criticas de mis compañeros por insolidario y muchas cosas más.

Puedo reconocer que incluso en aquel momento la iniciativa me pareció buena, pero no viniendo de Nike, una marca con la que me he negado a correr siempre y que simplemente evito y de una persona tan detestable como Armstrong, que despreciaba y desprecia a casi todo el mundo que no es él mismo.

Me acuerdo de su tuit con los cinco maillots en su inmenso salón desafiando al mundo. La gloria deportiva se le ha acabado, pero el culto a su persona sigue como demuestra que aún se hable de él con cierto ánimo revisionista.

Cuando veo Tik Tok y hay un video de un imbécil, supuesto empresario italiano, que dedica su tiempo a bailecitos ridículos y muestra en 10 segundos una toma conduciendo un Lamborghini para después en la siguiente ponerse de forma simulada a los mandos de un avión privado, cuando veo a chicas adolescentes haciendo bailecitos con poca ropa, chicas a la que siguen y envidian millones de personas detrás de un dispositivo electrónico…

Es cuando entiendo el daño que hizo Lance Armstrong a una sociedad “seguidora”

Aquí podéis ver al sujeto. En España se emite en Movistar+

Conclusión

«Tu tienes la capacidad de elegir en el pulgar de tu dedo«

El caso de Lance Armstrong, por suerte para mucha gente, sucedió en un mundo en el que las cosas sucedían a una velocidad asumible y en que ciertos mecanismos de autocontrol del sistema funcionaban. Ahora no tenemos esa suerte. Estas advertido.

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