Así es
Estar hoy en día en la red, que digo vivir en una sociedad occidental tiene una cara real y otra virtual en la que se tienen identidades. Todo el mundo debería ser dueño de su IDENTIDAD dentro de unos límites que marca la ley en el caso de que está sea tu opción. El problema surge cuando no sabemos que pasa con la información que voluntariamente (aunque sea bajo engaño) o involuntariamente entrgamos.
La movida
Fue una de la redes sociales con más hype inicial la que invento el término “Personas que quizás conozcas” y los algoritmos que lo controlan: Linkedin. La que inicialmente muchos consideraron como la red definitiva, donde había que estar para compartir virtualidad con los popes de Silicon Valley, introdujo la posibilidad de buscar a gente que había estudiado, trabajado, etc.
Algunos somos inmunes a este tipo de ofertas capciosas por genética y no dimos permiso a Linkedin ni a los que vinieron luego para que fisgara en nuestra libreta de direcciones del correo electrónico. Eso nos salvó, porque el algoritmo que busca a la gente conocida rápidamente lo copio el temido Facebook.
He tardado en tener una cuenta de correo con mi nombre real 20 años y he tenido tantas identidades y avatares como la dirección del viento del día que la cree, por lo que no caí en el error de estar como individuo en Facebook, pero si como avatar y pude comprobar como aún estando con una identidad virtual existía el riesgo de contaminación por mis contactos con otros avatares o personas normales.
Los problemas iniciales de tener una red de personas a quien conozcas es que aportas más información sobre ti, que no controlas, y sobre todo que VALIDAS esa información Todos los datos ficticios de la identidad de la red se ponen en riesgo porque aunque digas que odias los gatitos, o simplemente no lo digas si tienes muchos contactos que los adoran ya se presupone que eres uno de ellos. Si a tu red le gusta algo y han comprado algo, ya estas perfilado para ese tipo de target, tu score es mayor a la media y además validado por tu red que lo soporta.
Adicionalmente siempre habrá él o la que se registró con su nombre y dos apellidos en Facebook (me duele el nervio óptico cuando veo esto) que revele tu identidad real etiquetándote en una foto, o alguna mierda de esas que solo hace este tipo de gente.
Aparte de aquellos a los que les afloró su doble vida laboral, sexual y sus gustos más perversos y los que tuvieron algún tipo de problema más o menos grave por este motivo, la cosa no paso a mayores y se ha mantenido como parte fundamental de toda red social o asimilables.
El gran crecimiento de la redes y la viralidad de los mensajes se deben a ese mecanismo de búsqueda y propagación entre tu red, El “conozco a un primo de un amigo de uno que va a mi clase de zumba que me ha dicho que” pero perfeccionado por maquinas.
En 2020 que alguien siga usando Facebook es un poco raro y suficiente para no tenerlo en tu lista de contactos, pero como Facebook ha ido mutando de cara y extendiéndose a otros lugares con el mismo modelo de privacidad y de negocio es importante tener en cuenta que las mayores oportunidades y riesgos vienen de tu red de contactos porque complementa y valida tu actividad.
Un ciudadano responsable que desee circular por la red visitando lugares poco recomendables pero siendo discreto con su rastro ¿puede hacer algo?
Si tu identidad ha sido expuesta la respuesta es que algo se puede hacer pero los resultados no son inmediatos. Es lo que los estudios de la AI llaman un ATAQUE ADVERSARIO.
En los ataques adversario se intenta conseguir que la maquina falle introduciendo información que se supone que no debería estar allí. Si quieres engañar a un sistema de reconocimiento facial te pondrías una capucha – saltará la alarma – o unas discretas pegatinas que hacen que aún se te considere humano, pero no un tipo concreto. Si un sistema esta entrenado para identificar perros y le pones al tuyo orejas de gato seguramente ya has conseguido el objetivo.
En una red de contactos este tipo de ataques se realizan trimando los nodos de la red de tus contactos. Borrando los eslabones clave, no todos quizás, puedes desmoronar la red. Se habla de quitar cinco, siempre eslabones muy importantes.
Puedes leer más sobre ello en la revista Nature, Algún conocimiento de matemáticas es un plus.
Conclusión
Por mucho que se llene la boca a mucha gente las máquinas no piensan, utilizan sistemas de cálculo que intentan simular el pensamiento humano. El problema de las máquinas en que si aprenden algo mal no saben rectificar. Una calculadora bien hecha nunca se equivoca si está bien programada. Ese es el riesgo y la oportunidad del activista de los derechos digitales.
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